viernes, 22 de junio de 2018

Cuando mi hijo escuchó por primera vez


"Cuando mi hijo escuchó por primera vez se rió y lloró", la historia de un niño sordo que hoy es trilingüe.

Milo de 11 años, fue diagnosticado a los tres meses de vida con hipoacusia neurosensorial severa profunda bilateral. Luego de usar audífonos llegó al implante coclear, que le cambió la vida. Su madre, la psicóloga Roberta Jawerbaum, hoy trabaja dando orientación y contención a las familias de chicos y adolescentes sordos desde el momento que se les da el diagnóstico.



Roberta Jawerbaum es psicóloga y artista plástica. A Milo, su tercer hijo le diagnosticaronhipoacusia neurosensorial severa profunda bilateral. Cuando tenía un año y medio le hicieron el primer implante coclear en un oído y luego, al año siguiente, le implantaron el segundo. Después de mucha rehabilitación, Milo, que hoy tiene 11 años, puede escuchar y va a una escuela trilingue. Por su parte, Roberta se dedica a ayudar a otros padres que transitan su misma situación.
"Me enteré que mi hijo no oía con el resultado del primer estudio de otoemisiones acústicas que le realizaron al nacer en el sanatorio. Entonces, empezamos a realizar muchos otros exámenes para buscar el diagnóstico". Así comenzó a relatar su historia a  Roberta Jawerbaum, psicóloga y autora de El libro que no encontré cuando supimos que nuestro hijo era sordo, el inicio del camino que recorrieron desde el 2007. "Antes de que nuestro hijo cumpla los 3 meses iniciamos un tratamiento con una fonoaudióloga para que lo estimule.Nosotros sabíamos que no escuchaba pero desconocíamos cuánto. Tampoco sabíamos si era únicamente sordo o tenía otros problemas. Nos costó mucho llegar a un diagnostico", explicó.
Hasta que se tiene el diagnóstico exacto, la desinformación es algo muy habitual en el camino de los padres que tienen un hijo con una discapacidad. El caso de Roberta no fue la excepc ión. "Teníamos mucha desinformación de los médicos que decían que no podíamos tener un diagnóstico certero de hipoacusia porque aún era un bebé y las vías auditivas podían estar inmaduras. Sin embargo, yo no me quedé tranquila. Empecé a buscar en internet (algo que todos los profesionales nos desaconsejaban) y allí encontré que, aún siendo tan chiquito, se podía diagnosticar y que el tiempo corría en nuestra contra porque todo lo que tenga que ver con la audición, agarrado a tiempo, tiene muy buena evolución. En los primeros años de vida, cada mes que pasa juega en contra de la rehabilitación", contó Jawerbaum.




Llegar al diagnóstico fue muy difícil. "Pensamos que podía ser un tema neurológico porque los estudios daban diferentes resultados. Pero nos enteramos de que tenía una neuropatía que es una complicación más común de lo que se conoce y consiste en que los nervios auditivos no funcionan bien, entonces por momentos parecía que escuchaba y por momentos no. Finalmente, nos dijeron que nuestro hijo tenía hipoacusia neurosensorial severa profunda bilateral", recordó la mamá de Milo".


A los 3 meses, Milo fue equipado con los primeros audífonos. "A pesar de que eran muy potentes, no le alcanzaba para escuchar bien. Igualmente, los usó durante 8 meses. No era fácil ponerle un audífono a un bebé porque chifla cuando acopla y le molestaba", afirmó Roberta.

Los implantes cocleares

Finalmente, al año y 5 meses pudieron acceder al implante coclear de un oído, y a los dos años y ocho meses de su hijo se realizó el segundo. "Con el implante no se garantiza que el nene hable o entienda. Es muy importante la habilitación auditiva verbal. Es un entrenamiento porque sino, aunque el sonido entra a la cabeza, no quiere decir que se lo entienda. Hay que aprender a escuchar y hablar con un implante. La audición no es solo el oído, sino como el cerebro procesa ese sonido que ingresa", aseguró la psicóloga.

"La primera vez que Milo escuchó fue muy emocionante y muy fuerte porque es un momento que lo esperas un montón. En general, los chicos lloran, se asustan y a algunos les duele porque el paso de la energía a través de implante puede molestar. Cuando mi hijo escuchó por primera vez se rió un poco, lloró y también se escondió. Fue sumamente emocionante".

Fuente:www.infobae.com

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