martes, 28 de agosto de 2018

5 formas para tratar méniére

5 formas de tratar la enfermedad de Ménière


Por la Dra. Elaine Aires
El síndrome de Ménière es una enfermedad que provoca disfunción del oído interno y, aunque no existe una cura, es posible recurrir a varios tipos de tratamiento para mejorar los síntomas y evitar el empeoramiento de la enfermedad.

Generalmente, el tratamiento consiste en cambios de hábitos y en el uso de medicamentos que disminuyen el vértigo, como Dimenhidrato, Betaístina o Hidroclorotiazida, por ejemplo. Sin embargo, en los casos en que estos medicamentos no tengan el debido efecto, puede ser necesario recurrir a la cirugía.

La causa de este síndrome no está bien aclarada, pero se cree que surge debido a la acumulación de líquidos en los canales del oído. Se manifiesta con síntomas como vértigos, pérdida de la audición, zumbido, sensación de oído tapado, náuseas y vómitos.

El tratamiento del síndrome de Ménière está orientado por el otorrinolaringólogo, y consiste en:

1. Uso de medicamentos
 

Los medicamentos más utilizados para tratar el síndrome de Ménière deben ser indicados por el médico, e incluyen:

Antieméticos, tales como meclizina, dimenhidrinato, prometazina o Metoclopramida: se utilizan en el momento de la crisis, como son fármacos que, además de tratar las náuseas, disminuyen mareos causados por el movimiento;

Tranquilizantes, tales como lorazepam y diazepam: Durantes también se utilizan las crisis para reducir la sensación de mareo y vértigo;

Diuréticos como hidroclorotiazida: dado a menudo a reducir la frecuencia y la intensidad de los ataques de vértigo, ya que actúan por la disminución de la acumulación de fluidos dentro de los canales del oído, que es una causa probable de la enfermedad;

Anti-vértigo como la betahistina: utiliza continuamente para controlar y reducir los síntomas de mareos, náuseas, tinnitus y pérdida de audición.

Además, también pueden indicarse otras clases de medicamentos, como vasodilatadores, para mejorar la circulación local, así como corticoides e inmunosupresores, como forma de regularizar la actividad inmune en las regiones del oído.

 2. Tratamiento natural


El primer paso para tratar el síndrome de Ménière es con cambios de hábitos, pues son formas de disminuir la cantidad y la intensidad de las crisis.

Así, una de las mejores formas naturales de aliviar y evitar el surgimiento de los síntomas asociados al síndrome de Ménière es hacer una dieta con poco o ninguna sal. Esto sucede porque el cuerpo retiene menos agua, disminuyendo la cantidad de líquidos en el oído que pueden causar el surgimiento de los vértigos y el mareo.

La dieta para el síndrome de Ménière consiste en:

Sustituir la sal por hierbas aromáticas;
Evitar productos industrializados;
Evitar ingerir alimentos salados, como jamón o queso;
Optar por comida a la parrilla o asada, para evitar salsas con mucha sal. Ver  más consejos sobre cómo a reducir la ingesta de sal en la dieta. Además, es indicado disminuir el consumo de alcohol, cafeína y nicotina, pues son sustancias irritativas a las estructuras del oído. El estrés también debe ser evitado, pues estimula negativamente el sistema nervioso y puede desencadenar nuevas crisis.

 3. Fisioterapia


La fisioterapia es muy importante para quienes sufren de esta enfermedad, y se llama terapia de rehabilitación vestibular.

En este tratamiento, el fisioterapeuta puede recomendar ejercicios que pueden ayudar a disminuir los síntomas de mareo y desequilibrio, mejorando la sensibilidad al movimiento, así como hacer recomendaciones de seguridad para la persona utilizar en momentos de crisis.

4. Inyección de medicamentos en el oído



Este tipo de tratamiento se recomienda cuando las terapias anteriores no tuvieron el efecto deseado. Existen medicamentos que se pueden inyectar en el oído a través de la membrana timpánica para reducir los síntomas de vértigo:

Antibióticos, como Gentamicina: es un antibiótico que es tóxico para el oído y que, por lo tanto, disminuye la actividad del oído afectado en el control del equilibrio, transfiriendo esa función sólo al oído sano;

Corticoides, como Dexametasona: es un corticoide que reduce la inflamación del oído, reduciendo la intensidad de las crisis.

Este tipo de tratamiento sólo se puede hacer en el consultorio de un otorrino especializado en el tratamiento de problemas como el síndrome de Ménière.

5. Cirugía

  
La cirugía también sólo se indica en los casos en que las otras formas de tratamiento no han tenido efecto en reducir la frecuencia o la intensidad de las crisis. Algunas opciones incluyen:

Descompresión del saco endolinfático, que alivia el vértigo por disminuir la producción de fluido o aumentar su absorción;

Sección del nervio vestibular, en que se corta el nervio vestibular, resolviendo los problemas de vértigo sin perjudicar la audición;


Labirintectomía, que resuelve los problemas de vértigo pero también provoca sordera, por lo que sólo se utiliza en casos en que ya haya pérdida de audición.

El mejor método es indicado por el otorrinolaringólogo, de acuerdo con los principales síntomas presentados por cada persona, como pérdida de la audición o mareo.

fuente: infoacufenos.com

fonoaudiología para estimular la lactancia

La importancia de la fonoaudiología para estimular la lactancia materna en bebés prematuros.

Lo primero que debemos entender es que hablamos de un bebé prematuro cuando nace antes de 37 semanas completas de gestación, es decir,  más de 3 semanas antes de la fecha prevista del parto.
Dependiendo de la semana gestacional, se habla de:
– Prematuro: cuando el parto sucede entre la semanas 32 y la semana 37 de embarazo.
– Muy prematuro: si el nacimiento ocurre entre las semanas 28 y 32 de gestación.
– Prematuro extremo: en el caso de que el bebé nazca con menos de 28 semanas.
La clasificación de los prematuros según el peso es la siguiente:
– Bajo peso al nacer: menos de 2.500 gramos.
– Muy bajo peso al nacer: inferior a 1.500 gramos.
– Extremadamente bajo peso al nacer: no llega a 1.000 gramos.
Relacionando la edad gestacional del niño prematuro con su peso al nacimiento, los neonatólogos pueden considerar mejor la evolución del bebé y sus posibles complicaciones.

 La labor del fonoaudiólogo es importante en UCI para asegurar la vía oral para alimentación en estos bebes con alto riesgo que entran con un proceso de sondas pues la utilización de ésta, se hace necesaria al recién nacido para mantenerse nutrido e hidratado.
Cuando el uso se hace prolongado trae una sensación negativa e invasiva en la región oral, disminuyendo placer de alimentación, puede ocasionar infecciones y desorganizar el sistema oral de alimentación. Por lo tanto encontramos incoordinación de la deglución, respiración, succión débil o ausente.
Para que la transición de la alimentación por sonda a vía oral ocurra con éxito, un patrón respiratorio adecuado es uno de los aspectos que deben ser considerado para que haya buena coordinación de la succión, deglución y respiración, así como una organización postural global del recién nacido. La evaluación e intervención la realizamos a nivel extra oral e intraoral.
Para evaluar se tiene en cuenta los reflejos si están presente o ausente, buscar o atraer reflejo de succión, selle labial, tono muscular, succión nutritiva, no nutritiva, deglución.
La posición para evaluar al bebé en manos del terapeuta es de 45 grados. Si encontramos a un bebé en condiciones estables puedes cambiar la posición o realizar la valoración con el bebe en brazos de la madre. Estas situaciones varían según los casos y si las condiciones del bebé lo permiten y así mismo pasa en el proceso de intervención.
La intervención se inicia estimulando la zona extra oral para de a poco estimular dentro de la boca del bebé. Es importante explicarle a la madre que mediante el proceso de intervención la importancia de estimulación del lenguaje y continuar cuando el bebe es dado de alta.
Es importante especificar que no todos los hospitales y clínicas cuentan con un fonoaudiólogo en neonatología y muchas de estas estimulaciones son pasadas por alto en el proceso de alimentación por boca.

Fuente: supermadre.net

jueves, 23 de agosto de 2018

Tamiz auditivo en los primeros 6 meses

Determinante el tamiz auditivo en primeros seis meses de vida.





La pérdida del sentido auditivo es un problema de salud que si se detecta en los primeros seis meses de vida, las niños pueden desarrollar las mismas capacidades de lenguaje que sus compañeros normoyentes.
La detección oportuna es determinante y lo ideal es que a todos los recién nacidos se les aplique un procedimiento sencillo y rápido, una prueba denominada Tamiz Auditivo Neonatal e Intervención Temprana (TANIT) que no causa dolor ni molestia.
ES PRUEBA SE REALIZA CON EQUIPOS DE EMISIONES OTOACÚSTICAS, O BIEN, CON EQUIPOS DE POTENCIALES EVOCADOS AUDITIVOS AUTOMATIZADOS QUE REGISTRAN SI EXISTE DISMINUCIÓN AUDITIVA.
No obstante y aún cuando la Secretaría de Salud cuenta con un programa específico para aplicar la prueba, no existe obligatoriedad y no se aplica en todos los niños.
Gonzalo Corvera, quien imparte el curso de Otología y Neurotología en el Posgrado de Alta Especialidad de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) destacó la importancia de identificar problemas auditivos en los recién nacidos.
Lo ideal es que a todos los recién nacidos se les haga una prueba auditiva, y las tres más útiles en bebés son la impedanciometría o otoemisiones acústicas, pero el especialista hizo recomendaciones a los padres de familia que pueden ayudar a identificar problemas.
Se debe sospechar, dijo en entrevista con Notimex, de un problema auditivo en un bebé que al mes de edad no interrumpe su actividad espontánea ante un sonido.
Lo anterior se refiere a que si a los dos meses el bebé no parece escuchar a quien le habla; que a los tres meses no voltea a ver a quien le habla, que a los cuatro no cambia de actitud segùn los tonos de voz; que a los cinco meses no responde a su nombre; que a los seis no reconoce palabras como “adiós”, “papá” y “mamá”.
“EN GENERAL CUALQUIER INFANTE QUE PARECE NO ESTAR APRENDIENDO A HABLAR AL RITMO DE OTROS BEBÉS DE SU EDAD, DEBE SER EVALUADO POR POSIBLE PÉRDIDA DE AUDICIÓN”, AFIRMÓ EL ESPECIALISTA CON POSGRADO EN CIRUGÍA DEL OÍDO.
Mencionó que de no recibir atención los niños, su desarrollo se ve limitado. “se les dificulta enormemente el interactuar y aprender del medio ambiente, y su comprensión queda tan restringida, que en diversas ocasiones será nula”, apuntó.
Informó que la Asociación Mexicana para la Audición “Ayúdanos a Oír” cuenta con el Programa “6 meses, 6 años”, mediante el cual, buscan detectar los problemas en el sentido auditivo antes de los seis meses.
Según la Secretaría de Salud (SSA), se considera que entre dos y tres niños de cada mil nacen con pérdida auditiva de severa a profunda, en tanto que, la Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que alrededor del 60 por ciento de las pérdidas de audición en la niñez se podrían evitar con medidas de prevención.
La SSA destaca en su portal, que el diagnóstico positivo a hipoacusia o sordera, es necesario iniciar con el tratamiento, el cual, consiste en terapia auditivo-verbal; y en caso de requerirse, se proporcionan aparatos llamados implante coclear, con el fin de evitar trastornos en el lenguaje y favorecer un desarrollo adecuado del niño, incorporándolo a las actividades habituales.
Otras causas que producen sordera y pérdida auditiva son los factores hereditarios, infecciones congénitas, edad avanzada, uso de medicamentos ototóxicos y enfermedades infecciosas (meningitis, rubéola), entre otras.
Fuente: diario Rotativo - México

lunes, 13 de agosto de 2018

Síndrome de Ménière: algo más que un silbido

Síndrome de Ménière: algo más que un silbido



Cuando hablamos de un problema del oído interno, con crisis de vértigo espontáneo podemos estar refiriéndonos al síndrome de Ménière. 

Por lo general, solamente afecta a un oído pero las sensaciones son muy intensas; sobre todo mareos fuertes, vértigos, timbre o un silbido en el oído conocido por tinnitus.

Normalmente cursa con hipoacusia sensorioneural y sensación de plenitud aural (oído congestionado). Se desconoce la causa específica comunmente llamada por la enfermedad de Ménière. Prosper Méniére describió en 1861 por primera vez un cuadro clínico y propuso como sitio de origen el laberinto. Tras esto hizo una asociación directa del vértigo con el oído interno.


No existe un tratamiento probado para la enfermedad de Ménière y la terapia actual está dirigida a la disminución de la sintomatología asociada. La alteración auditiva de larga evolución no parece ser susceptible a tratamientos médicos específicos sin embargo todo gira en torno al tratamiento del vértigo.

Las contricciones administradas por vía oral o a través de inyecciones intratimpánicashan sido utilizadas por el tratamiento de las consecuencias auditivas y vestibulares de la enfermedad de Ménière.

Lo cierto es que aún los científicos todavía no conocen la causa ni el origen del mismo.  Normalmente tienen que ver con los niveles o la mezcla de líquidos en los canales del oído interno. Los doctores diagnostican esta enfermedad basándose siempre en las pruebas de audición, un examen físico y los síntomas que refiera el paciente que pueden ser vértigo, tinnitus, etc.

Es muy importante limitar la sal en la dieta y se deben tomar diuréticos prescritos por su médico para evitar la acumulación de líquido adicional.


La inserción de un aparato en el oído externo expulsa el aire al oído medio también puede ayudarle. Es imprescindible recurrir a la cirugía. Las personas que tienen crisis agudas, llamadas otolíticas de Tumarkin, pueden sufrir caídas por la pérdida de equilibrio. Es normal que se presente a partir de los 40 años aunque existe algún caso en gente más joven.

Actualmente existe unas 650.000 personas diagnosticadas y cada año se diagnostican una media de 45.000 casos nuevos. En algunas personas se sabe que puede ser consecuencia de virus, alergias o reacciones autoinmunitarias y en otras ocasiones existen variaciones genéticas que causan alteraciones en el volumen o en la regulación de líquido endolinfático.

Fuente: infoacúfenos.com

miércoles, 8 de agosto de 2018

Neurinoma acústico

El neurinoma acústico


¿Cómo y por qué se desarrolla un neurinoma del acústico?
El schwanoma vestibular, también conocido como neurinoma del acústico son tumores que pueden surgir de la cubierta de cualquier nervio, pero que suelen ser más comunes en la porción vestibular del nervio acústico. Su correcta denominación es el de schwanomas vestibulares porque surgen del componente vestibular o de equilibrio del octavo par craneal. No obstante, históricamente se conocen como tumores acústicos.
Los neurinomas pueden, por supuesto, surgir del nervio facial o cualquier otro nervio periférico o central del cuerpo. Comúnmente, los neurinomas acústicos surgen en el área donde el nervio sale del peñasco, cerca de donde el nervio se conecta con la capa aracnoidea de la cubierta del cerebro. Existe una transición en la vaina nerviosa en esta ubicación que explica el sitio común de origen tumoral.
¿Qué origina estos tumores? 
No hay factores de riesgo conocidos. Al igual que todos los tumores, se producen por una mutación que conduce a la replicación no controlada de las células. La causa genética de los tumores acústicos se puede heredar en una enfermedad llamada neurofibromatosis, un trastorno genético de herencia dominante que se transmite con una penetración del 50% de padres a hijos.
La neurofibromatosis tipo II conduce a: 1) neuromas acústicos bilaterales (tumores en ambos lados); 2) tumores en múltiples otros nervios en el cuerpo; y, 3) una presencia mucho más alta de meningiomas, otro tumor benigno de la cubierta del cráneo y la columna vertebral.

Se estima una incidencia de 1,09 por cada 100.000 personas. Esta incidencia aumenta con la edad, alcanzando su nivel máximo en el grupo de individuos que cuentan entre 65 y 74 años. La incidencia es más alta en los isleños del Pacífico asiático y menor en afroamericanos e hispanos.
La presencia de un schwanoma vestibular se ha asociado con una disminución en la medición de calidad de vida relacionada con la salud. Los objetivos del tratamiento para cualquier neoplasia craneal, ya sea benigna o maligna, son la curación de la enfermedad o el control significativo de esta, junto con el mantenimiento de la función neurológica y la calidad de vida. Con radiocirugía se brinda a los pacientes mejores probabilidades de éxito en cuanto cumplir estos objetivos.
Curiosamente, la descripción original de radiocirugía estereotáctica Gamma Knife® de Leksell hace 50 años, no preveía específicamente el tratamiento del schwanoma vestibular; sin embargo, estas lesiones se han convertido en un objetivo atractivo para esta opción no invasiva.
¿Cuáles son los síntomas del neurinoma acústico?
El primer síntoma es la pérdida de audición de progresión lenta en un oído; de ahí el nombre histórico de neurinoma acústico. Por lo general, es el otorrinolaringólogo el que primero detecta el tumor mediante un audiograma (prueba de audición) y, posteriormente, a pruebas de diagnóstico por la imagen, como la resonancia magnética nuclear (RMN).

Síntomas

Los signos y síntomas iniciales del neurinoma acústico incluyen:
  • Pérdida de audición de progresión lenta en un oído
  • Ruidos o pitidos en los oídos (tinnitus)
  • Cefalea
  • Sensación de presión o hinchazón en el oído
  • Dolor de oído
  • Desequilibrio o inestabilidad al girarse con rapidez
Si el tumor aumenta de tamaño y comprime otras partes del encéfalo, como el nervio facial (7º nervio craneal) o el nervio trigémino (5º nervio craneal), pueden producirse debilidad facial (caída o flaccidez en la cara) o dolor y entumecimiento faciales.

¿Cuál es la información más reciente sobre el uso del teléfono celular y el neurinoma acústico?
Sin lugar a duda, mucho interés y controversia se ha despertado en la última década con respecto al posible papel de los teléfonos celulares como causa de los tumores cerebrales.
Más de dos docenas de estudios epidemiológicos publicados desde 1999 han intentado examinar el rol de los teléfonos móviles en la etiología de los tumores cerebrales. En 2011, la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) –un brazo de la Organización Mundial de la Salud (OMS)–, publicó una declaración que describe el uso del teléfono celular como un posible riesgo de cáncer.
El IARC colocó el uso de teléfonos celulares en la misma categoría para el riesgo de cáncer que otros 266 agentes ambientales, entre los cuales se incluye al café, la espuma de polietileno, el plomo, los gases de escape del motor y el cloroformo.
Para el efecto, un equipo de 31 científicos de 14 países, incluido los Estados Unidos, evaluaron datos de exposición, estudios de cáncer en humanos y en animales de experimentación, datos mecánicos y otros insumos e información relevante para llegar a su conclusión.
De esta forma arribaron a la conclusión de que parecía haber una asociación positiva entre los teléfonos inalámbricos y el neuroma acústico y el glioma (un tumor cerebral maligno). Sin embargo, una relación de causa y efecto no ha sido probada. En general, la ciencia es muy sugerente de que el glioma y el neuroma acústico aumentaron en los usuarios de teléfonos celulares después de diez años de uso, y el efecto es más pronunciado en los cerebros de los niños.
Un estudio francés publicado en 2014 encontró que los individuos que concentraban un número mayor de llamadas telefónicas con una duración acumulada de las mismas equivalente a 896 horas o más, tenían aproximadamente el doble de probabilidades de desarrollar un glioma o meningioma, que aquellas personas que habían hablado menos.
¿Cómo decides si la cirugía es apropiada?
Las pautas generales se basan en el tamaño del tumor y la edad del paciente, la condición médica y la opinión sobre qué tratamiento es preferible. Debido a que el tumor es benigno en la mayoría de los casos, es apropiado observar el tumor para determinar su patrón de crecimiento y la tasa de crecimiento. Por ejemplo, no es esencial eliminar un tumor pequeño en una persona que tiene 70 años. En ese caso, observaremos el tumor para determinar qué sucede y cómo evoluciona durante un cierto período de años.
Los tumores pequeños también se pueden tratar de forma ambulatoria con radiación tipo gamma, es decir, bajo la administración de haces de radiación altamente concentrados a través del cráneo. La preservación de la audición con radiación supera el 60%, lo que no se puede lograr con la extirpación quirúrgica. Por lo tanto, los tumores más pequeños con crecimiento lento se pueden tratar mejor con radiocirugía.
Los tumores de 3,6 cm o más se pueden tratar mejor con cirugía. La eliminación se prefiere cuando el tumor se vuelve lo suficientemente grande como para presionar el cerebro o para amenazar la función neurológica. Sin embargo, el paciente debe ser capaz de someterse a cirugía, y el riesgo de anestesia debe ser aceptable. Si el paciente no está lo suficientemente sano como para someterse a anestesia con seguridad, los tratamientos de radiación u observación pueden ser los más apropiados.
relevante para llegar a su conclusión.
De esta forma arribaron a la conclusión de que parecía haber una asociación positiva entre los teléfonos inalámbricos y el neuroma acústico y el glioma (un tumor cerebral maligno). Sin embargo, una relación de causa y efecto no ha sido probada. En general, la ciencia es muy sugerente de que el glioma y el neuroma acústico aumentaron en los usuarios de teléfonos celulares después de diez años de uso, y el efecto es más pronunciado en los cerebros de los niños.
Un estudio francés publicado en 2014 encontró que los individuos que concentraban un número mayor de llamadas telefónicas con una duración acumulada de las mismas equivalente a 896 horas o más, tenían aproximadamente el doble de probabilidades de desarrollar un glioma o meningioma, que aquellas personas que habían hablado menos.
¿Cómo decides si la cirugía es apropiada?
Las pautas generales se basan en el tamaño del tumor y la edad del paciente, la condición médica y la opinión sobre qué tratamiento es preferible. Debido a que el tumor es benigno en la mayoría de los casos, es apropiado observar el tumor para determinar su patrón de crecimiento y la tasa de crecimiento. Por ejemplo, no es esencial eliminar un tumor pequeño en una persona que tiene 70 años. En ese caso, observaremos el tumor para determinar qué sucede y cómo evoluciona durante un cierto período de años.
Los tumores pequeños también se pueden tratar de forma ambulatoria con radiación tipo gamma, es decir, bajo la administración de haces de radiación altamente concentrados a través del cráneo. La preservación de la audición con radiación supera el 60%, lo que no se puede lograr con la extirpación quirúrgica. Por lo tanto, los tumores más pequeños con crecimiento lento se pueden tratar mejor con radiocirugía.
Los tumores de 3,6 cm o más se pueden tratar mejor con cirugía. La eliminación se prefiere cuando el tumor se vuelve lo suficientemente grande como para presionar el cerebro o para amenazar la función neurológica. Sin embargo, el paciente debe ser capaz de someterse a cirugía, y el riesgo de anestesia debe ser aceptable. Si el paciente no está lo suficientemente sano como para someterse a anestesia con seguridad, los tratamientos de radiación u observación pueden ser los más apropiados.

Fuente: Gamma Knife