Problemas auditivos: 9 claves para detectarlos en bebés y
niños
La detección temprana es decisiva
para evitar problemas futuros en el desarrollo del lenguaje y las capacidades
cognitivas. Las señales de alerta para los padres.
Muchos niños con problemas de
audición son diagnosticados en la etapa escolar, incluso si ya nacieron
hipoacúsicos. Problemas como la falta de atención, retrasos en el lenguaje o en
el aprendizaje -con respecto al resto de la clase- pueden ser signos de una
hipoacusia sin diagnosticar.
Por esta razón, es de suma
importancia que los bebés al nacer sean chequeados para determinar
tempranamente su capacidad auditiva, para así brindarle el tratamiento que
necesitara en forma rápida y oportuna. El screening auditivo es un estudio que
se realiza de manera obligatoria cuando nace un bebé. Sin embargo los padres
también deben estar atentos para hacer un chequeo siempre que el niño presente
algún síntoma de que su audición pueda estar comprometida.
Actualmente se sugieren chequeos
auditivos al entrar al colegio en etapas pre escolares. Además, realizar un
seguimiento específico a aquellos niños que, por antecedentes familiares o
personales, corren riesgo de padecer hipoacusia.
El impacto de la pérdida depende de la detección temprana, por eso se debe llevar un control en la audición de los niños.
Las causas más habituales están relacionadas con trastornos
del habla que se observan en los niños, así como también sospechas de
hipoacusia, especialmente alrededor de los 12 meses, en caso de una hipoacusia
congénita y en edad preescolar por hipoacusias producidas por otitis u otros
problemas de congestión del oído.
En el caso del habla, la primera
consulta se da entre el primer y segundo año de vida, en tanto se lentifica la
adquisición del lenguaje. También se dan las consultas por problemas de
pronunciación, que se hacen evidentes en la época del jardín de infantes, donde
el niño no logra comunicarse del todo bien con sus pares.
Los padres deberían prestar
atención a las respuestas del niño ante el estímulo auditivo y este tipo de
reacciones son diferentes de acuerdo a la edad:
➢La mayoría de los lactantes
recién nacidos se sobresaltan o "asustan" ante los ruidos fuertes y
repentinos.
➢A los tres meses, un bebé por
lo general reconoce la voz de los padres.
➢A los seis meses, por lo
general un lactante puede mirar o girar la cabeza hacia el lugar desde donde
proviene un sonido.
➢Es frecuente que, a los 12
meses, un niño pueda imitar algunos sonidos y decir unas pocas palabras, como
"mamá" o "adiós".
A medida que el bebé crece hasta
convertirse en un niño pequeño, los signos de pérdida de audición pueden
incluir:
➢Limitaciones en el habla, habla
deficiente o falta de habla
➢Falta de atención frecuente
➢Dificultades de aprendizaje
➢Necesidad de subir el volumen
del televisor
➢Falta de respuesta al nivel
ruido conversacional o respuesta inadecuado
Por ello es importante realizarse un estudio de emisiones otoacusticas.
En el caso de los niños
prematuros (aquel bebé que nace antes de la semana 37), según estadísticas del
Ministerio de Salud de la Nación y Unicef, en la Argentina nacen alrededor de 8
mil niños con menos de un kilo y medio de peso. De esos bebés, 2 mil pueden
quedar con alguna secuela, entre ellas, la sordera.
Un bebé prematuro que pesa menos de un kilo y medio tiene una mayor exposición a un daño de las vías auditivas, lo cual puede ser determinado a través de potenciales evocados.
Fuente: www.infoacufenos.com
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