La hipoacusia es la disminución
de la percepción auditiva, la vía habitual para adquirir el lenguaje. Se trata
de un problema de especial importancia en la infancia, pues el desarrollo
intelectual y social se encuentra relacionado con una correcta audición. La
audición, junto con el resto de los sentidos, permite el establecimiento de las
relaciones sociales y con el entorno. Es uno de los principales procesos
fisiológicos que posibilitan a los niños el aprendizaje, siendo de suma
importancia para el desarrollo del pensamiento.
El principal objetivo de
conmemorar esta Semana Internacional de la Sordera -del 24 al 28 de septiembre–
es concientizar sobre la detección de la existencia de trastornos auditivos
antes del primer mes de vida, confirmar el diagnóstico de hipoacusia a los tres
meses y realizar una intervención temprana y rehabilitación auditiva antes de
los seis meses de edad.
Estadísticas
La incidencia de la hipoacusia,
según datos de la Organización Mundial de la Salud, se sitúa en cinco de cada
mil nacidos. La incidencia de hipoacusias leves a moderadas es de cuatro por
cada mil recién nacidos, y las hipoacusias severas o profundas afectan a uno de
cada mil recién nacidos. Para tomar dimensión, en los hospitales dependientes
de CABA nacieron durante 2017 aproximadamente 68.000 niños.
Siguiendo la incidencia
estadística de la OMS podríamos decir que nacieron en ese período 108 niños con
hipoacusia severa o profunda y 432 niños con hipoacusia leve o moderada. El
momento de aparición de la hipoacusia y su detección precoz es fundamental para
el pronóstico y la calidad de vida del niño. Los tres primeros meses de vida
son especialmente importantes para el desarrollo de las vías auditivas. La
identificación de la hipoacusia y la intervención temprana se asocian con un
mejor desarrollo del lenguaje hablado.
La estimulación auditiva, audífonos y, desde
hace algunos años, implantes cocleares, pueden revertir los problemas auditivos
en los chicos y ayudarlos a tener una vida similar a la de otros de su edad.
Para que los resultados sean óptimos es fundamental que los tratamientos se
inicien, si es posible, durante el primer año de vida. Cuando
el audífono convencional no es suficiente, se recomienda un implante coclear,
un dispositivo de mayor alcance que permite acceder a todos los sonidos.
fuente: infobae.com