La escuela debería ser siempre un
espacio en el que sentirse seguro. Sin embargo, para muchos niños, se ha
convertido en la fuente de un tipo de violencia del que son víctimas y que
ejercen sus propios compañeros.
¿Qué es el bullying?
Bullying es una palabra del
inglés que se puede traducir como “acoso, intimidación u hostigamiento escolar”
y se refiere al maltrato psicológico, verbal o físico sostenido en el tiempo,
producido entre niños y adolescentes dentro del ámbito educativo. El objetivo
principal es el de someter y asustar a las víctimas, que por lo general se
diferencian de sus compañeros por diversos motivos, y que tienen dificultades
para defenderse o se muestran sumisos debido a baja autoestima o inseguridad.
Bullying en estudiantes con
discapacidad auditiva
Si bien el bullying es un
fenómeno común en todo tipo de escuelas, muy pocos estudios lo han abordado en
alumnos con pérdida de audición.
Una investigación realizada
recientemente en la Universidad de Texas, Dallas, y publicada en la revista
“Exceptional Children” de febrero y abril 2018, indica que los niños y
adolescentes con pérdida de audición experimentan tasas de bullying entre
compañeros más altas que sus pares con audición normal.
En el estudio se realizó una
encuesta online a 87 niños y adolescentes de entre 7 y 18 años, usuarios de
implantes cocleares o audífonos, que se comunicaban oralmente y participaban de
la educación general.
Los resultados evidenciaron que
en adolescentes con deficiencia auditiva había una incidencia significativamente
mayor de bullying en comparación con la población general (50% vs. 28%), en
particular en cuanto a la exclusión de las actividades sociales (26.3% vs.
4.7%) y la coerción (17.5% vs. 3.6%). En niños hipoacúsicos menores de 12 años,
las tasas de acoso fueron más bajas (38.7%) que los adolescentes con
deficiencia auditiva, pero las tasas no difieren de modo significativo.
Aproximadamente el 45% de los
encuestados refirió desconocer el por qué del acoso, el 20% consideró que se
debía a la pérdida auditiva o al implante coclear, y el 20% dijo que era por
cómo ellos se veían y/o actuaban.
La Dra. Andrea Warner-Czyz quien
lideró la investigación, dijo: “los problemas con los compañeros podrían
reflejar dificultades de comunicación relacionadas con las habilidades
auditivas. Los estudiantes con pérdida de audición a veces fallan en juegos con
palabras, o se pierden cuando se dice algo en voz baja o en un lugar ruidoso. Y
eso puede hacer que se sientan marginados o que se vean excluidos”.
Y la experta agregó: «Las amistades son
importantes para la mayoría de los jóvenes, pero muy especialmente para los
niños con pérdida auditiva. Es fundamental todo lo que los padres puedan hacer
para facilitar la interacción social y la amistad, y permitirles que aprendan a
ser amigos y a distinguir la verdadera amistad con el simple conocimiento de
una persona”.
Esta investigación es parte de un estudio más
amplio que explora la calidad de vida en niños y adolescentes con implantes
cocleares. Una investigación futura profundizará en los motivos de las
diferencias en la calidad de la amistad y el bullying entre pares en niños y
adolescentes con deficiencia auditiva, con el fin de guiar la intervención
terapéutica adecuada y contribuir a programas efectivos anti-bullying dirigidos
a niños con necesidades especiales.
¿Cómo prevenir el bullying?
Los padres, el personal educativo
y otros adultos de la comunidad pueden ayudar a los niños a prevenir el acoso
escolar hablando de ello, creando un entorno escolar seguro y desarrollando
programas de prevención.
En diálogo con el sitio
ConBienestar, en ocasión del “Día Mundial contra el Bullying” conmemorado el 3
de mayo pasado, la Lic. en Ciencias de la Educación María Victoria Masiuk
manifestó que “una alternativa para prevenir el bullying es trabajar en la
aceptación de la diversidad, que trasciende la organización escolar y apunta a
la sociedad. Hay que comprender que todos somos iguales en nuestro ‘ser
diferentes’ y que cada uno tiene algo para aportar».
Convivir civilizadamente es
aprender a reconocer al otro y aceptarlo con sus diferencias.
Es responsabilidad conjunta de la
comunidad educativa, los padres, los compañeros y la sociedad en general evitar
que el acoso escolar siga existiendo.
Fuente:
UTD News
Center (The University of Texas at Dallas) – 16/04/18
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