Existe la creencia popular de que es necesario
limpiar a diario el cerumen del canal auditivo.
Nada más lejos de la realidad. Puede ser
perjudicial. Al introducir el bastoncillo en el oído, lo que realmente se hace
es empujar la cera hacia dentro y compactarla, pudiendo provocar un tapón y, a
su vez, crear infecciones. El cerumen ayuda a proteger al oído, funciona como
hidratante del canal auditivo y lo protege del polvo y las bacterias.
el uso de hisopos tan solo provoca que el cerumen
se introduzca en el interior, lo que puede causar un bloqueo o infección.
En el caso de que se crease un tapón en el oído
por una acumulación de cera hay que acudir a consulta para que un profesional
sanitario de atención primaria lo retire. En ocasiones puede requerirse incluso
la atención de un otorrinolaringólogo.
Lo que sí se puede lavar es el pabellón externo
auditivo. «Para hacerlo puede hacerse uso del hisopo, aunque se recomienda usar
un paño pequeño o toalla, y tener siempre en cuenta que nunca se debe
introducir nada en el canal auditivo»
Además, los expertos insisten en evitar el
consumo de cualquier producto no recetado por un profesional para retirar la
cera, pues el oído tiene la capacidad de autolimpieza.
Para las personas que usan audífonos o son
propensas a crear asiduamente tapones de cera, es recomendable realizar una
revisión de la mano de un profesional en intervalos de 6 a 12 meses.
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